Retrocedemos a ratios de
hace 30 años. Con 30 alumnos por clase en primaria, 32 en la ESO, 35 en
Bachillerato, educación obligatoria hasta los 16 años y sin alternativas
reales para todo el alumnado que lo necesita… así no se puede hacer
atención a la diversidad ni dedicar más tiempo por alumno. Las nuevas
generaciones suelen ser más innovadoras, pero cómo se va a incorporar a
la educación este profesorado cuando el año pasado echaron a más de 200
personas y éste a otras 500, con todo lo que ello conlleva (por ejemplo,
16.000 horas menos de guardias, tutorías y otros programas).
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